Conocer la historia de una persona difícil y qué motiva su conducta es de gran ayuda para lograr una buena relación, sea por lo menos llevadera o en definitiva nos
indique si vale la pena el desgaste emocional que implica tratarla y conservar la relación. Las personas pueden ser difíciles porque:
- No pueden manejar adecuadamente sus emociones negativas (estrés, frustración, enojo, etc.), y se desquitan con los demás.
- Están tan inmersos en sí mismos, que no perciben las necesidades y la forma de pensar de los demás, dando por hecho que todos deberían pensar como ellos
y necesitan lo que ellos quieren.
- Están convencidas de que tienen la razón, aun cuando están equivocadas y lo saben.
- Sus actitudes son un mecanismo de defensa para evitar ser lastimados. Una persona difícil cree que en la vida hay ganadores y perdedores; para ella el ceder
es sinónimo de debilidad y al mismo tiempo de vulnerabilidad.
- Actúan así porque generalmente consiguen lo que quieren.
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