Tener trabajo es una bendición, ocupar nuestro tiempo en algo productivo y sano es muy positivo para nuestra salud integral. Pero cuando éste llega a emplear gran parte de nuestra vida se vuelve una carga tan pesada que enferma. De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los mexicanos laboran anualmente 500 horas más (alrededor de 2 mil 250) que el promedio de los trabajadores de otras naciones (mil 776 horas). Además, 46 por ciento de los empleados en el país tienen menos de seis días de vacaciones al año. Porque las circunstancias lo requieren, hemos aprendido a trabajar por horas sin descanso, y cuando finalmente éste llega no sabemos como administrarlo de tal manera que nos beneficie en lugar de crearnos ansiedad, desesperación y ponernos de mal humor. Nos enseñaron a trabajar pero no nos dijeron como descansar, por ello te tenemos algunos consejos sobre las actividades que puedes hacer durante esos momentos de receso, que te ayudarán a relajar tu mente y tu cuerpo. - Es aconsejable cambiar de actividad, dedicarnos a desarrollar tareas que normalmente no estamos en disposición de realizar. - El silencio puede ser parte de ese descanso, librarse del ruido de afuera y entrar en un momento de paz, para ello podemos retirarnos a un lugar alejado y dejarse acariciar por el aire puro de un cielo no contaminado. - Visitar poblados cercanos donde aún existe esa comunicación persona a persona, del encuentro sin prisas y de la conversación amena. - El compartir con la familia, estamos acostumbrados a darnos los buenos días y las buenas noches y de ahí en más no tenemos el tiempo para sentarnos a platicar, a preguntar ¿cómo estas?, ¿Qué tal tu día?, etc. - Se considera la posibilidad de un retiro espiritual en un monasterio compartiendo liturgia, oración y cercanía con los monjes y las monjas. - Sin salir de la ciudad, aprovechemos para visitar algún museo, asistir a una función de cine o teatro. - No gusta hacer deporte pero el trabajo nos lo impide, démonos ese tiempo de descanso para hacer ejercicio que no sea extenuante y al contrario, nos ayude a relajarnos como por ejemplo caminar, pasear en bicicleta, nadar. - ¿Eres una persona con habilidad para las manualidades o para cocinar?, inscríbete en algún curso relacionado con el tema; tal vez clases de cerámica, pintura, de tejido o bien de repostería. - Si nos gusta la música podemos comprar ese disco de nuestro cantante o grupo favorito que acaba de salir al mercado y escucharlo con toda calma, aunque también podemos aprender a tocar un instrumento. - Ver tele es una de las cosas que nos agrada hacer pero normalmente no tenemos tiempo; planea un día de descanso para ver lo que te gusta; tu serie favorita, un programa en especial; el partido de fútbol; la película de la que tanto te contaron. - ¿Te gusta leer?, toma ese libro que dejaste a medias por falta de tiempo y termina de leerlo o compra alguno del género que más te agrade. - A quienes les gusta escribir, este momento de descanso puede se el inicio para comenzar un diario; esta comprobado que escribir sobre lo que nos pasa y los sentimientos involucrados nos ayudan a no acumular tensión, enojo, tristeza; escribir libera de todas esas cargas. - Salir a tomar un café con los amigos es muy relajante; tener una charla amena nos pone de buen humor y fortalece esos lazos de amistad. - Somos solidarios, preocupados por el prójimo, integrémonos a una sociedad sin fines de lucro que ayudan el hermano necesitado en sus necesidades corporales y espirituales. - ¿Ansías poder dormir más?, utiliza ese tiempo para descansar tu mente, soltar tu cuerpo, cómo se dice coloquialmente, dormir a pierna suelta. - Si para ti descansar simplemente es no hacer nada, entonces disfruta de ese momento, solamente cuida que no se vuelva costumbre porque una mente ociosa es una mente angustiada. La vida se compone de días y horarios de trabajo, pero también de espacios espontáneos con decisiones repentinas que no sabes a dónde te van a llevar. Descansar el cuerpo y la mente nos vuelve más amables con los demás, revitaliza nuestra energía; nos concentramos mejor; somos más productivos. Descansar nos ayuda a ser personas más felices, nos enseña a disfrutar de esos pequeños detalles, de esos instantes que generalmente nos parecen insignificantes y que consideramos una pérdida de tiempo como la observación de la naturaleza, un simple atardecer, jugar con la mascota. Autor: Redacción ClubPlaneta. |